Lobos sin piel de cordero
Hay ocasiones en las que un club cruza la línea de la sorpresa y salta hacia la de la consolidación. En ese proceso anda el Villanovense, que ha edificado la mejor plantilla de toda su historia con un objetivo que no dice en voz alta, pero que piensa por dentro. El primero, fundamental, es salvar la categoría, pero en el Romero Cuerda saben que hay equipo para algo más. ¿Para llegar a dónde? No lo sabemos. El partido a partido los irá poniendo en la tabla, pero ya las encuestas ven a este Villanovense del décimo hacia arriba. Es decir, un equipo que ya ha abandonado el ascensor que antes solía coger para bajar y subir de Tercera a Segunda B y viceversa. Los llamados Lobos se han quitado la piel de cordero. Tampoco van a pecho descubierto, pues los verdes siempre han exhibido una enorme humildad y modestia por todos los campos. Pero de puertas hacia afuera, nadie se fía de ellos. El playoff de hace dos años y la Copa del Barça los ha puesto en el mapa. Con chincheta roja.
Repite entrenador y parte del bloque del pasado año. Con Manolo Sanlúcar, este Villanovense es aseado y atractivo. Le gusta tener el balón, dominar campo contrario y ser efectivo. Las bases están puestas desde el pasado año. Ahora toca, mínimo, repetir.
Una de las plazas mejor cubiertas es la portería. Wilfred es una absoluta garantía de éxito. Un portero muy contrastado por el que suspiraba medio grupo. En defensa, el Villanovense presume de contar con tres centrales top: Owona, Espín y Javi Sánchez. Éste último, incluso, puede actuar en el pivote. Iván Pérez y Tapia ocupan los laterales e irrumpe Candelas, un sub-23 con desparpajo que ha gustado mucho en verano.
La medular es territorio minado en el Villanovense. Curro, Javi Sánchez y Pajuelo son doctores de la iglesia serona. Para armonizar la misa ha llegado un jugón de aúpa: Jesús Rubio. También hará que la música suene bien, un año más, Elías Pérez. Por bandas se tiran flechas con Carlitos Andújar, al que se le ve plenamente recuperado; y Mustapha, un diablo vertiginoso. Álvaro González sumará.
Y arriba, dos delanteros cañones que, si tienen un año bueno, propulsarán al Villanovense a la parte alta: Juanjo Serrano y Carlos Fernández.
El Villanovense ha puesto mucha carne en el asador para que este año irrumpa como revelación en las quinielas. Su equipo no tiene nada que envidiarle a los de la parte alta. Apunten la V como posible Victoria.
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