El Imperio Romano contraataca
El histórico Marco Aurelio, líder el Imperio Romano, dijo una vez que «el tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace». También los sueños se arrastran. Y las pasiones y retos. Tal vez, el Mérida, sepa bien descifrar el código que por entonces ya usaban sus antepasados romanos. El nuevo brote verde nació hace algunas temporadas y va tan rápido como el tiempo, aunque en ocasiones es mejor no empezar a correr antes de andar. Busca el Mérida esta temporada que el río le arrastre rápido hasta su gran sueño: volver al fútbol profesional. El agua ya fluye, lento, pero fluye. Toca despejar las piedras del camino y ensamblar una corriente totalmente nueva en cuestión de efectivos. El Mérida está hecho para estar entre los cuatro primeros. De eso no hay duda. Y si se tercia, y las cosas salen bien, para aspirar a ser campeón. Pero hay que tener paciencia. Tranquilidad y paciencia. Dos premisas inamovibles para edificar un Imperio sólido.
Los últimos retoques al plantel ha dibujado un Mérida consistente y con alternativas. Comenzando por la portería, Salcedo es un arquero de garantías con la difícil misión de hacer olvidar a Raúl Moreno, que puso el listón alto. La defensa es canela en rama. Altura, fuerza y carácter expeditivo. Mongil, Aguza y Ayoze son tres centrales top. El lateral derecho depende de que Dani Fernández rompa y el izquierdo es un misil con Miguel Marín, un astuto movimiento del mercado de Bernardo Plaza.
La calidad conexiona con la contundencia en la medular. Todo equipo que aspira a lo máximo necesita una torre de equilibro en la posición de 5. Pardo es eso y algo más. Sus estiletes pueden variar entre la calidad y crecimiento de Borja García, el dinamismo de David Álvarez o la exquisitez de Bernal.
El salto de calidad lo dan las bandas. Si conecta, Hugo Rodríguez es cañón en bronce. José Ramón y Pablo Morgado son eléctricos, mientras Carlos Rodríguez aporta verticalidad y gol. Posiblemente la parcela mejor cubierta.
Arriba, para el gol, Hugo Díaz y Yacine, dos piezas muy complementarias. El primero con movilidad absoluta y gol. El segundo con fijación de espalda, asistencia. Y también gol.
Tiene buena pinta el Mérida, que cierto es que se lo ha jugado todo a all-in. Es ahora o nunca. El Imperio Romano contraataca de nuevo. Lo hace con armas. Y a la conquista de un sueño: regresar al fútbol profesional.
Análisis patrocinado por Electrocash, el Pequeño en Precios